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nuestra historia


Orgánicos SOGAP S.A. se desprende indirectamente de otro proyecto de emprendimiento familiar que tuvo lugar en la década de los 90’s. Específicamente una planta productora de champiñones de París (A. Bisporus et Bitorquis), ubicada en el Valle de Orosi, Cartago.

La producción de hongos comestibles fue un proyecto anhelado por la familia SOGAP desde que uno de los fundadores José Miguel Solano Araya fue instruido como el primer productor a nivel nacional por parte de estadounidenses que instalaron en Costa Rica, The American Mushroom Company.

Aquel emprendimiento marchó muy bien durante años hasta que se empezaron a presentar problemas en la producción del hongo debido a enfermedades y plagas que afectaban un cultivo sumamente delicado como es el caso de los hongos comestibles; vale señalar que no es para nada una producción convencional, por otro lado se empezaron a dar problemas con el abastecimiento del micelio de champiñon por parte del proveedor que ya no podía garantizar la demanda necesaria.

 

Cuando empezaron los problemas de producción, el fundador principal del proyecto Sergio Miguel Solano García, inició un largo proceso de estudio e investigación, buscando la asesoría y capacitación de instituciones a nivel nacional, sin embargo al tratarse de un cultivo que está muy lejos de lo tradicional no había quien pudiera sugerir una solución para aquellos problemas y entonces emprendió un viaje por Norteamérica donde visitó grandes empresas dedicadas a la producción de Champiñones en Canadá, Estados Unidos y México y obtuvo información y conocimiento suficiente para regresar al país y desarrollar un proyecto lo suficientemente completo para solventar las necesidades y solucionar los problemas que tenía la planta cuando partió.

Es así cómo se desarrolló NUTRIMAR ®, nuestro producto insignia sobre el cual se edifica éste nuevo proyecto que ya lleva más de 15 años llamado Orgánicos SOGAP S.A., el nombre de la compañía se debe a los apellidos de las generaciones fundadoras Solano García - Pérez.

 

Por Juan David Solano Pérez

Segunda generación del proyecto.